Cómo inicié mi búsqueda espiritual.

"Te diré lo que es el verdadero conocimiento: cuando sabes, saber que sabes; cuando no sabes, saber que no sabes".

Confucio.

Autor: Abner Pantoja

Publicado en:Ideas Emprendedoras.

 

Dedicado a: Isabel Peralta. Mi compañera en el viaje espiritual, mi amor ágape.

 

Me he quedado observando por un rato parte de mi biblioteca. Me llama la atención como con el paso de los años, no sólo van aumentando la cantidad de libros sino también las categorías o llamémosle temas. En verdad que los intereses intelectuales se van ramificando. Recuerdo con nostalgia cómo se inició mi colección de libros. Antes de continuar aclaro que esto no es un acto de presunción sino de reflexión.

Los primeros libros que tuve (y debo confesar que no fueron por mi propia voluntad), fueron las poesías de la poetisa Sor Juana Inés de la Cruz. Aún cuando en mi infancia no entendía las ideas, me maravillaban las palabras. Era mi idioma más habían muchas palabras nuevas para mí y paradójicamente viejas para el lenguaje: ya no se usaban; de ese autor me llevó a Octavio Paz, Carlos Fuentes y muchos autores más. Todo de corte literario. No pensaba en otra cosa más que en leer. En el bachiller tenía que tomar "la gran decisión respecto a mi futuro". Todos mis seres queridos sabían que estudiaría cibernética y/o robótica pues esa era mi búsqueda: con el prototipo quería entender a la humanidad, (eso no era ni es nada nuevo), y ¡Oh sorpresa!

Me tomo un café con mi madre y le comento: "voy a estudiar filosofía". Y cuando ya tenía en mis labios el argumento que tenía tantas veces ensayado con respecto al "¿Y de qué vas a vivir?" Sólo obtuve de mi madre un "está bien, adelante; ¿Quieres otro café?". Por eso la amo tanto. Entré a la universidad a estudiar filosofía. Fue una etapa maravillosa.

¿Y sabes por qué decidí en ese entonces estudiar esa carrera? Porque empecé a hacerme preguntas, como todos los seres humanos. Sólo que mis respuestas no me satisfacían; tenía una fuerte necesidad por entender y/o calmar a mi espíritu.

Estudié a los Griegos, la Escolática, San Agustín, San Ambrosio, Schopenhauer, Kierkegaard, Gadamer, Nietzsche, Confucio, Petrarca, Zea, Buda, Freud, Eco, Castellanos, entre otros; buscando la verdad.

Me empecé a dar cuenta que esa "verdad" que me obsesionaba no existe; sólo tenemos a nuestro alcance la capacidad argumentativa de las ideas. Las escuelas filosóficas desarrollan esa capacidad desde tal o cual enfoque, nada más. Los existencialistas hablan de la "inmediatez de la vida", los positivistas de la "objetividad filosófica", los hermeneutas de la "interpretación de la otredad"…

Finalmente entendí que la búsqueda espiritual se da de manera continua y a través de la experiencia particular de cada ser humano. Es un ejercicio profundo de introspección.

En estos artículos que a partir de éste momento publico en ésta sección buscan darle un sentido funcional al conocimiento filosófico para enriquecer nuestro espíritu. Trataré siempre de responder a la cuestión de ¿filosofía y coaching para qué?

Ese es mi pequeño reconocimiento y tributo a la vida, a Samanta: mi sobrina ausente. Desde el más allá me iluminas e inspiras.

Y éste es también mi regalo vivencial hacia mi gran amor espiritual: Isabel Peralta: gracias por tus conversaciones, aprendo y me redescubro espiritualmente. Me has enseñado que no sólo soy intelecto, puedo ser también amor. Ya aprendí por ti, y a través de ti, a dar un abrazo. Es maravilloso.