"Arqueología del amor."

Publicado en: Aprender a Escribir.

 

 Hace ya varias noches que tuve un sueño que al principio me volvió irritable durante los siguientes días. Poco a poco fui superando esa etapa al grado de llegar a un estado de gratitud y de gozo. a fin de cuentas es algo, un deseo, con el que he estado viviendo ya durante muchísimos años. El sueño era más o menos así: me volvía a encontrar con una persona que no había vista hace más de quince años. La veía tal y como es actualmente. ¿Quién me asegura eso? No sólo tenía un rostro hermoso frente a mí, una persona hermosa en actitudes y comportamientos. Aquí es donde empiezo a sospechar  que estoy idealizando a esa persona que extraño (muy a mi manera: sucede que ocupo mi mente en lecturas, construir escritos, buscar palabras de aliento y trabajar incansablemente; luego entonces, tengo poco tiempo para extrañarla.), o poco probable, a reconstruirla de acuerdo a como la conocí. Esto se volvería una actividad curiosa y hermosa: estaría realizando una especie de “arqueología del amor”. ¿Cuál sería la finalidad de todo ello? Será que no me resigno a hacerme a la idea de que ya no formará parte de mi vida, tal y como ha sucedido a lo largo de estos años.  Por cierto, habría que preguntarse hasta que punto he realizado un esfuerzo por hacer que sea así. Una vez más me encuentro con mi rara actitud de no forzar las cosas, optar por dejar que las cosas fluyan de acuerdo a como lo dicte el destino. No me gusta siquiera pensar en trastocar la armonía de las cosas.

Es mas, aún no se a ciencia cierta cuando fue la última vez que la vi, tampoco cuál fue nuestra última conversación. Ni siquiera encuentro razones suficientes para reprocharme el haber permitido que nuestra amistad terminara. Eso sí, tengo la osadía de soñar un encuentro actual con ella. Ese sueño me pareció tan real que me sentí inmensamente feliz, a pesar de que al despertar entendí que todo fue un sueño, esa felicidad, nadie, ni mi extraña amargura me la va a quitar. El resultado de ello es que finalmente he cerrado un ciclo.

No se si vuelvo a caer en una falacia, lo único que se es que así lo he decidido. Es un noble deseo que me permitirá encontrar la paz en lo referente al amor trascendental. Viviré en la “arqueología del amor”. Mi fantasía, claro está, no hará que rebase mi realidad. Será una nueva actitud ante la vida. A partir de éste momento, será vista con los ojos de aquel entorno de emoción exaltante que vivía. Vivir en ese estado era mágico, aunque claro, lo echaba a perder con esa rara tendencia que tenía de estropear los bellos momentos con mi absurdo y sinsentido pesimismo.

No me arrepiento de todo lo que he vivido. Sino simplemente no estuviera escribiendo estas palabras ni mucho menos, tuviera la posibilidad de realizar mi “arqueología de amor”. No puedo negar que a veces me entra la sensación de que si hubiera tenido en ese entonces plena conciencia de lo que iba a pasar, me refiero solamente a nuestra amistad, otra fuera mi forma de actuar.

Sólo me queda de vez en cuando, cerrar los ojos e intentar visualizarla en mi tiempo-espacio para revivir y, ¿Por qué no?, mejorar mi calidad de vida con sabios consejos, novelizar esa actividad imaginativa. ¿Buscarla? Simple y llanamente no. No hay vergüenza, resentimiento, prudencia… es solamente que debo aceptar que las cosas no serán como antes.

Sólo me queda dar las gracias a la vida y a ella por todo lo que me ha pasado. Finalmente ya no la extrañaré, viviré con pasión y entusiasmo sabiendo que estaré rodeado de una amistad tierna y hermosa que me acompañará no sólo en éste “año de la plenitud” sino hasta el último aliento de mi ya, hermosa vida.

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