Reflexión sobre un poema.

07.02.2014 13:06

 

“Ámame ahora

Pues mañana

Quién sabe qué arena

Bañarán tus olas”.

Marga Álvarez.

 

Es tan intensa mi pasión por la lectura y escritura. No sólo me enfoco a leer libros en cualquiera de sus formatos: digital o impreso. He estado desarrollando el hábito por leer Blogs de escritores. Y ello lo hago para descubrir nuevas posibilidades literarias tanto en ritmo, imágenes y demás aspectos que concierne al quehacer del escritor.

En esa pasión que tengo por leer y escribir, y en la posibilidad que tengo de descubrir en este nuevo espacio de democratización literaria, como lo son precisamente los Blog’s; es que me he dado a la tarea (en mi afán por reflexionar sobre lo que leo), hacer comentarios en la red al respecto.

En esta ocasión mis notas tienen que ver con la recomendación de un Blog. La misma, no obedece a una alianza, o cualquier tipo de estrategia. Obedece a un mero gusto por compartir algo valioso a mis amigos y lectores.

Abriendo y descubriendo este baúl en donde encontramos varios bocetos literarios, me he quedado anclado en esta imagen poética que he citado al principio de la nota.

No pretendo plasmar en este comentario un análisis concerniente al quehacer poético ni nada por el estilo. Tampoco pretendo hacer comentarios triviales en dónde se plasman tintes de admiración superficial; para mí lo que leo (aunque parezca que lo que precisamente se lee, sea aleatorio o fortuito), tiene un enorme valor.

Este poema en particular me ha despertado una puerta que no conocía, de emociones e interpretaciones. Insisto que no es un mero goce estético, ni una distinción de la poética. Este trabajo es para mí (y en particular la parte que he citado del artículo), un reto existencial.

Tengo la sensación de que esto lo hubiesen escrito para mí. Sé que no es así, y tampoco quiero permitir que se argumente que el texto produce en mí una catarsis existencial.

Toda lectura deja en uno ciertos efectos, ello no se puede negar. Mas insisto en que este fragmento en particular, determina en mí el momento que estoy viviendo. Esta frase es un reto existencial que he estado postergando no desde el sentido del amor sino desde algo más trascendental.

Percibo en este gesto poético una angustia imperante, por tener la férrea determinación por “arriesgarme”. Léase por ejemplo, la posibilidad sublime de besar a una mujer.

En fin, agradezco enormemente a Marga Álvarez por los bocetos literarios y las imágenes que nos regala.