El valor real de hacer una tesis.

 Es preciso entender la tesis como una ocasión única para hacer algunos ejercicios que nos servirán mientras vivamos.

Umberto Eco.

            Permítaseme iniciar este artículo haciendo una pequeña confesión: en la carrera de humanidades elaboré una tesis; en la carrera de marketing no lo hice. El resultado de ambas acciones las estoy viviendo. Y créanme que es verdaderamente necesario que elaboremos una.

            Independientemente de los resultados profesionales y/o laborales que en la actualidad pueda tener, hice esta confesión para que a manera de compartir mi experiencia, se me permita justificar mediante argumentos, la necesidad real de que egresemos de las universidades elaborando una tesis.

            Antes de continuar con la reflexión, advierto que estoy plenamente consciente de que en cada país existen condiciones diversas sobre los requerimientos de titulación e incluso los niveles de excelencia educativa son divergentes en cada uno de ellos.

            Independientemente de lo anterior, sólo pretendo en este artículo hacer mi aportación sobre porqué considero que tener la oportunidad de elaborar una tesis es invaluable. Para decirlo en pocas palabras: es la columna vertebral que nos da precisamente ese equilibrio (incluso en todos los aspectos: emocional, intelectual, profesional…), para caminar ya no con cautela, sino con determinación y elegancia por ese camino de la profesión.

            Ahora veamos el otro lado de la moneda. Muchos no emplean la labor de hacer tesis argumentando entre muchas cosas: no tener tiempo, falta de enfoque, falta de experiencia (esta si es una ambigüedad), y una amplia lista. Digo que ese obstáculo de hacer una tesis, jamás la vencerán si no tienen claridad de ese aportación que les dará tal escrito.

            Regreso a mi experiencia personal: en el caso del quehacer humanístico y sus implicaciones, verdaderamente me siento cómodo; aunque se dice de manera un tanto peyorativo que el horizonte de la actividad filosófica es inmensa como en el mar. Navegar en el mismo me resulta placentero. Metafóricamente quiero decir que disfruto de las profundidades del mar; pues se “como sumergirme en el mismo sin ahogarme”.

            Mientras que en el caso del marketing (y no haber realizado una tesis), me siento como si estuviera en medio del desierto: esperando ver el oasis y todo por no haber hecho caso de llevarme mi brújula.

            Espero compartan sus ideas.